Provenientes de dos puntos distantes del país (Salta y El Bolsón), se yuxtaponen en diálogo justo como si se tratara de dos rimas perfectas. Dos miradas y técnicas de dos artistas conectadas entre sí por las arterias de Los Andes.
Adriana Margalef (Pinturas): Las construcciones arquitectónicas de sus obras están regidas por un orden metafísico, rígido y lógico. Las perspectivas/fugas, las formas espaciales y colores, las luces y sombras, se desprenden ilusoriamente –casi móviles- del muro hacia el espectador.
Viviana Herrera (Esculturas): Nos propone viajar sin un mapa de ruta a través de los materiales inertes que entrega la naturaleza, pero que en sus manos cobran vida y expresan espiritualidad proveniente de un universo recién develado
